Se trata del reciclaje de una antigua casa del barrio Ciudad Vieja, adaptada a las necesidades de una joven pareja de profesionales sin hijos. La casa ya había sido remodelada y ampliada varias veces: resultaba encajonada y sin luz, sin acceso a la terraza y con un entrepiso sin la altura suficiente para ser habitable. La antigua galería se había cerrado con muros y unas minúsculas ventanas acentuaban el efecto oprimente.
En uno de los locales mejor orientados -con una gran mampara sobre el patio- se había instalado el lavadero, dejando sin luz a la cocina y el living. Las premisas de partida definidas con los clientes han sido:
– Intervenir con las obras extrictamente necesarias, sin involucrar necesariamente a la totalidad del edificio, dejando la posibilidad de una segunda fase.
– Limitar los costos y contener los consumos energéticos; reutilizar elementos y materiales que pudieran reciclarse en la misma obra.
– En sintonía con lo anterior: componer una suerte de collage de elementos antiguos y modernos integrándolos en un lenguaje contemporáneo, este principio se extiende además a muebles y lámparas.
Esas premisas nos han llevado a conservar algunos ambientes y elementos de valor como los dormitorios con sus pisos de madera y los cerramientos altos con postigos, y en general todos los cerramientos que estuviesen en buen estado. Prioritario fue liberar a la casa de su enclaustramiento murario otorgando a la ex galería su altura original, utilizando un pórtico de perfiles de acero: la luz natural comenzó a fluir dentro de la casa. Sobre el frente principal del patio conviven un nuevo cerramiento corredizo y una mampara histórica restaurada; la mampara valorizada del ex lavadero resultó ideal para la nueva cocina: es como si siempre hubiese estado allí!
Excluyendo dormitorios y estudios la planta baja se ha tratado como un espacio libre. Una de las exigencias de los propietarios era alojar algunas pinturas que necesitaban luz natural difundida: se optó por hacer filtrar luz desde lo alto mediante un nuevo volumen que dilata ascensionalmente el espacio de la ex galería. Una nueva escalera trasparente para no obstaculizar la luz -de refinada herrería- conduce a la sala música y a la terraza, dinamizando y organizando todos los ambientes.
La continuidad de espacios confunde interior y exterior valorizando el antiguo patio y dilatando el espacio de la sala comedor. Un cuidadoso estudio del color ha recuperado el original celeste-verde agua de la galería, adoptando además el ocre complementario para hacerle de contrapunto.
Los nuevos cerramientos han sido diseñados siguiendo principios de arquitectura bioclimática: se han calibrado dimensionalmente compatibilizando la necesidad de un adecuado aporte energético por radiación solar en invierno, evitando una excesiva exposición en verano. Esto explica la amplitud de los cerramientos del patio: su morfología y orientación garantizan uno de los principios de la bioarquitectura, el sol no actua sobre los vidrios en verano, lo cual produciría una sobrecarga térmica indeseada; en cambio esto ocurre en invierno cuando resulta térmicamente útil.
El problema es diametralmente opuesto en la terraza, en este caso la proyección del techo del quincho protege a la galería de una excesiva exposición solar en verano, permitiendo un adecuado aporte térmico en invierno. Otras medidas para mejorar el comportamiento pasivo de la casa han sido las correcciones de los puentes térmicos, los dobles cielorasos ventilados y la nueva aislación térmica de la cubierta.